Es que los maestros, por lo menos algunos, probablemente más de lo que creemos, dejan una marca.
Ponen, no tanto las palabras de nuestras vidas, sino varios de sus signos de puntuación. Algunos son comas que nos permiten detenernos y ver las cosas de manera distinta; otros son interrogaciones que nos permiten preguntar y dejar de lado certezas; otros son exclamaciones que nos ayudan a reorientar nuestros caminos o a encontrar lo cómico en sitios inesperados; otros dos puntos que nos plantean alternativas…
Son esas huellas las que nos ayudan a enfrentar la vida.
Fuente: Actiludis.com
Excelente reflexión!
ResponderEliminarHace mucho que no pasaba por aquí...muy bonito el nuevo fondo!
Besitos!